sábado, 5 de abril de 2008

Ella (0:42)

Llevo toda la semana rezumando sexo, cuatro horas cada tarde. Y ahora me han dado un diploma, ya se sabe.
Lo genial de mi vida es que cada día me despierto con un nuevo sabor de boca. Y ya te he dicho que me encanta lo nuevo.
Estos días he ido a clase, lo normal. Y luego sexo, como acabo de decirte. Me gusta la naturalidad en estos temas.
Lo más curioso de los últimos siete días es que he sido muy yo. Y el domingo pienso ser más yo que nunca.
Me estoy reinventando. Sin pretenderlo siquiera.
No sé si es la edad, o qué es. Pero por primera vez me veo con otros ojos.
Almaceno mis mil inseguridades, todavía las tengo en el cajón del fondo. Pero no sé, es distinto.

Ha salido el sol, además. Y ya no tengo que llevar el abrigo de invierno. Me gusta eso.
Aqui hace mucho/bastante calor. No me gusta el calor, pero si la sensación de que los sentimientos se evaporan a través de la piel.

Me acuerdo de cuando éramos pequeñas, y las Barbies eran lesbianas porque los Kens habian decidido liarse entre ellos. Y cuando el sofá era un paritorio, y los nenucos bebés todavía ensangrentados. Qué majas nosotras
También nos hemos acordado juntas de las largas conversaciones en el coche.
Y las que todavía nos quedan.

Y tú este año fin de carrera (aunque sólo sea en la teoría).
Y yo proyecto de médico inexplicablemente.
Y aquí como abuelas comentando la de vueltas que da la vida.